Imperio Acadio

Los acadios fueron un pueblo de origen semita, proveniente originalmente de la región de Siria, que migró hacia las tierras fértiles de la Mesopotamia. Se instalaron en una región conocida como Acad (Akkad). Se cree que el asentamiento acadio se dio mediante una infiltración progresiva y pacífica de los semitas en las ciudades al norte de Súmer. El Imperio Acadio, formado a partir de las conquistas del rey Sargón I de Acad, fue el primer reino unificado conocido de la Mesopotamia, extendiéndose por toda la cuenca del Éufrates y el Tigris, incluyendo las ciudades sumerias, Elam y Siria, y, según algunas fuentes, llegando incluso hasta el Líbano y la costa del Mediterráneo. 

Breve Historia

Hacia el año 2340 a.c. un alto funcionario semita, que desempeñaba un puesto de responsabilidad en la corte real de la ciudad-estado de Kish, derrocó al rey y se autoproclamó a sí mismo soberano bajo el nombre de Sargón I de Acad. Fundó en las cercanías la ciudad de Agadé (también llamada Acad o Akkad), posiblemente al norte de Kish. Su localización no se ha podido determinar con exactitud, pero se especula que se habría ubicado en las afueras del actual Bagdad. Tampoco se sabe el motivo de su fundación; una hipótesis probable es que Sargón se rebeló contra el rey de Kish y decidió establecer en Ágade un nuevo centro desde el que operar. 

Tras hacerse con el poder en Kish, Sargón se lanzó con éxito a la conquista de las ciudades sumerias del sur, tomando como prisionero al rey de Uruk y sometiendo Ur, Lagash y Umma, haciéndose así con el dominio de toda la Baja Mesopotamia. Continuó su expansión hacia el norte hasta llegar a Anatolia, convirtiéndose en el primer monarca en unificar toda la región mesopotámica. Durante el reinado de Naram-Sin (2254 – 2218 a.c.), cuarto rey y nieto de Sargón I, el Imperio Acadio alcanzó su máxima extensión territorial, incorporando las regiones de Alepo en la actual Siria, la costa mediterránea del actual Líbano, Susa en oriente y Anatolia en Asia Menor. Había, empero, continuas revueltas de las poblaciones conquistadas, que implicaban desgastantes enfrentamientos. 

Al morir Naram-Sin, su sucesor Shar-kali-Sharri (2217-2193 a.C.) no logró contener las revueltas y fue asesinado por sus propios súbditos. Su muerte desencadenó luchas por el trono que, sumadas a los ataques de pueblos invasores, provocó la caída del Imperio entre el 2200 y el 2150 a.c. El pueblo Guti, que constantemente atacaba y saqueaba las zonas fronterizas del imperio, invadió Acad y sometió a los acadios.

Organización Política y Militar

La forma de gobierno del Imperio Acadio era la monarquía hereditaria. El rey controlaba los principales asuntos jurídicos y políticos del Imperio. Se trataba asimismo de un gobierno teocrático, y la figura del monarca era adorada como un dios incluso después de su muerte.

Sargón I  se apoyó en un poderoso y despiadado ejército para conquistar y mantener el control dentro de los territorios anexados. Asimismo, cambió sustancialmente el sistema de gobierno de las ciudades sumerias, que tradicionalmente escogían a sus gobernantes entre los miembros de las familias más importantes originarias de la propia ciudad. En su lugar, Sargón nombró en ellas gobernantes acadios, más leales a su autoridad que un gobernante local.

Economía

La agricultura fue la actividad básica de la economía acadia, facilitada por las inundaciones periódicas de los ríos Éufrates y Tigris, que fertilizaban los suelos de la zona. Aún no existía la moneda, por lo que las transacciones se hacían a través de trueque directo, o utilizando productos básicos como moneda de intercambio, tales como metales o cebada.

Por otro lado, las conquistas territoriales permitieron a los acadios obtener materias primas que no estaban presentes en la región de Acad. Además, las poblaciones sometidas pagaban tributos en especias, que podían incluir madera, cereales, sal, pescado, metales y artesanías.

Religión

La religión acadia era politeísta y tenía muchas similitudes con otras religiones de la región mesopotámica, como la de los sumerios. Los dioses en la mitología acadia estaban comúnmente relacionados con fenómenos o elementos de la naturaleza, como la luna, el viento o las constelaciones. La vida religiosa era una parte fundamental de la sociedad acadia. La casta sacerdotal era muy importante y el rey era considerado el representante de los dioses en la Tierra.

Idioma y Escritura

Las conquistas de Sargón dieron un enorme impulso a la expansión de la lengua acadia a lo largo de la Mesopotamia. Si bien el idioma sumerio siguió siendo utilizado de manera oral y escrita, perdió mucho peso en favor de la lengua acadia. Los acadios adoptaron un sistema de escritura desarrollado originalmente en el área de Ebla, en la actual Siria, que adaptaba la escritura cuneiforme sumeria a la lengua semita. Este modelo de escritura fue el más usado en los documentos administrativos. Respecto a esto, cabe mencionar el hallazgo de las tablillas de Ebla en 1964, encontradas en los restos de una antigua ciudad en la zona de Ebla, que había sido totalmente destruída durante las conquistas acadias. Estas tablillas de arcilla (unas 1800 completas y más de 4700 fragmentos), inscritas con escritura cuneiforme, eran registros estatales. A partir de ellas fue posible reconstruir la vida y administración del poblado, que habría sido la capital de un poderoso estado antes de su desaparición a manos de los acadios. 

Cultura

Poco es lo que ha sobrevivido del arte acadio. Las piezas más significativas son: la máscara de Sargón, de tamaño casi natural, hecha en metal y con una fascinante precisión (a pesar de su nombre no es seguro si representa efectivamente a Sargón o a su nieto Naram-Sin); y la estela de Naram-Sin, la mejor conservada de las estelas acadias, grande y de piedra, que conmemora la victoria de este rey sobre la tribu de los Illubi de los Montes Zagros.

En cuanto a la arquitectura, no existen ruinas que nos permitan vislumbrar cómo eran exactamente las construcciones de esta civilización. Los restos de las ciudades de Agadé o Sippar (cuya existencia conocemos por su mención en documentos escritos) se encuentran sepultados en lugares aún desconocidos.