Entre las cuencas de los ríos Éufrates y Tigris en la Mesopotamia aparecieron los primeros asentamientos de nómadas semitas, que se desarrollaron allí y evolucionaron formando comunidades políticas más avanzadas. Para el 3000 a.c. existían en la zona muchas ciudades-estado. Entre ellas se encontraba la ciudad de Assur, en el norte de la Mesopotamia, cuyos habitantes semitas fueron conocidos como asirios. En sus comienzos el pueblo asirio fue eclipsado y relegado por el poderío de sus vecinos, los sumerios en principio y luego los acadios. Por entonces, Asiria ocupaba poco más que Assur y sus alrededores (señalados en color rojo en la imagen). El progresivo debilitamiento de los pueblos cercanos dio lugar a la expansión asiria, llegando a formar un verdadero imperio hacia el siglo XVIII a.c. que abarcaba todo el creciente fértil (o medialuna fértil).
Breve historia
Tras la invasión de los Gutis y la caída del Imperio Acadio hacia el 2200 a.c. la hegemonía y poder en la región se fue sucediendo entre diferentes pueblos, como los elamitas y los semitas amorreos, que lograron conquistar casi toda la mesopotamia, incluyendo Asiria.
Varios de estos pueblos nómadas conquistadores se fueron uniendo, formando hacia el 1500 a.c. el reino de Mitani, que se convirtió en una gran potencia. Los asirios debieron rendirle tributo, pero continuaron conservando su monarquía independiente. Tras su poderío inicial, Mitani se fue debilitando poco a poco. Aprovechando el contexto, aproximadamente en el 1360 a.c. el rey asirio Ashur-Uballit I, recien ascendido al trono, invadió y saqueó la capital del reino mitani, dando comienzo a una época de auge del poderío asirio.
La historia del Imperio Asirio puede dividirse en tres períodos: el Imperio Antiguo o Amorreo, el Imperio Medio y el Imperio Nuevo o Neoasirio.
- Imperio Antiguo (dinastía amorrea) -
Los pueblos invasores amorreos terminaron integrándose gradualmente a los asirios, gracias a las similitudes lingüísticas y culturales. En 1813 a.c. el amorreo Shamshiadad I se hizo con el trono y fundó una dinastía que se mantendría hasta 1726 a.c. Inició la expansión asiria, extendiendo su dominio por toda la alta Mesopotamia. A su muerte, sin embargo, su hijo y heredero fue derrotado por el rey Hammurabi de Babilonia. Así los asirios fueron sometidos y obligados a pagar tributo al Imperio Babilónico, aunque conservaron su monarquía y la dinastía fundada por Shiamshiadad se mantuvo en el trono. Sus sucesores no lograron mantener la integridad del estado asirio, que terminó siendo anexado por el reino de Mitani, quedando bajo su control directo. Según los escritos encontrados, durante esta época los reyes asirios no ostentaron un poder real, su origen fue dudoso y su papel fue el de meros títeres de las autoridades de Mitani.
- Imperio Medio -
En 1364 a.c. ascendió al trono de Asiria el rey Ashur-Uballit, que aprovechó el contexto de debilidad del reino de Mitani para rebelarse y conquistar su capital, anexionando parte de su territorio y liberándose de sus opresores. Los reyes asirios que lo sucedieron lograron ampliar aún más las fronteras, haciéndose con el control total de Mitani y la alta Mesopotamia central. Resistiendo los ataques de los pueblos vecinos y crearon un Imperio fuerte y respetado, que mantuvo relaciones diplomáticas con el faraón Amenhotep IV de Egipto y con el Imperio de Babilonia.
La guerra fue una actividad económica de vital importancia para los asirios, que conseguían a través de ella botines y tributos, y un rasgo distintivo de esta cultura. Tukulti-Ninurta I, que reinó entre 1243 y 1207 a.c., fue un hábil practicante del arte de la guerra y llevó al Imperio Medio Asirio a su máximo apogeo. Su mayor hazaña fue la conquista de Babilonia, capturando en batalla a su rey y haciéndose con el control de toda la baja Mesopotamia hasta el Golfo Pérsico. Tras sus conquistas territoriales Tukulti-Ninurta se dedicó a restaurar templos y construir palacios en Assur, y posteriormente se embarcó en la ambiciosa tarea de construir una nueva capital cerca de Assur y a orillas del Tigris. A pesar de su poderío, los descontentos internos de la nobleza asiria, sumados a los levantamientos babilonios, desembocaron en el asesinato del rey. Tras su muerte Babilonia consiguió independizarse y en Asiria inició una etapa de inestabilidad y vacío de poder, que se alternó con cortos períodos de repunte de la mano de reyes capaces. Finalmente, aproximadamente en el 1076 a.c. Asiria entró en una profunda crisis, perdió el control de casi todos sus territorios y sólo mantuvo un dominio nominal sobre la alta Mesopotamia. Casi no existen fuentes sobre los acontecimientos de esta época, lo que denota la decadencia y oscuridad que se cernió sobre Asiria.
- Imperio Nuevo o Neoasirio -
Poco a poco los asirios fueron superando la crisis. Debido a los constantes ataques el ejército asirio fue mejorando y endureciendo cada vez más sus técnicas de lucha, siendo temidos por sus vecinos tanto por su fuerza como por su crueldad.
A comienzos del siglo X a.c., bajo el mando del rey Adad-Nirari II (911-891 a.c.), Asiria conquistó el estado arameo, anexionando todos sus principados del creciente fértil y creando un nuevo y fortalecido Imperio. Los territorios arameos proveyeron grandes suministros de hierro, lo que reforzó aún más el ejército. Los reyes sucesores continuaron la expansión del Imperio Neoasirio, perfeccionando las tácticas de guerra y conquista. Convirtieron a Babilonia en su vasalla, tomaron Menfis (capital de Egipto) y llegaron incluso a saquear Tebas.
Se sucedieron dinastías y períodos alternantes de auge y decadencia, mezclados con momentos de fuerte inestabilidad dentro del imperio. Destacó la dinastía sargónida, fundada por Sargón II, quien destronó al rey Salamanasar V y usurpó el poder. Los sargónidas continuaron las guerras de conquista haciéndose con el dominio de toda la medialuna fértil, y consiguiendo tributos de muchos pueblos de Asia Menor, la isla de Chipre y el reino de Judá. La capital del imperio fue trasladada a Nínive a comienzos del siglo VII a.c. El último rey del Imperio Asirio del que se tiene constancia histórica fue Asurbanipal (668-627 a.c.). A su muerte se desató una revolución interna, que venía gestándose desde hacía años. Inició una guerra fraticida entre sus hijos y su hermano para hacerse con el trono, que se combinó con fuertes agitamientos en los territorios vasallos. Medos y babilonios se rebelaron y acorralaron a las fuerzas opresoras asirias, derrotándolas hacia el 615 a.c.
Tras la caída del Imperio Asirio la región fue sometida efímeramente por los medos, y luego cayó bajo el dominio del Imprerio Persa Aqueménida, desde el 549 hasta el 330 a.c. En el 332 a.c. el territorio fue conquistado por Alejandro Magno e integrado al Imperio Macedonio entre el 332 y el 312 a.c. Finalmente el Imperio Seléucida terminó haciéndose con el control de la región y hacia el 150 a.c. Asiria cayó en manos del Imperio Parto.
Organización Política y Militar
La forma de gobierno en Asiria era una monarquía. El imperio estaba dividido en comunidades organizadas llamadas satrapías, dirigidas por funcionarios obedientes al rey llamados sátrapas. Con el paso del tiempo el poder del rey asirio se fue concentrando y haciéndose cada vez más absoluto. La administración imperial estaba a cargo de un grupo de funcionarios que podría calificarse como nobleza. Los asirios disponían de un código de justicia, un corpus de leyes detallado que regulaba la vida política y social.
La guerra fue una actividad escencial para los asirios, por lo que el ejército gozaba de gran prestigio y poder dentro de la sociedad. El ejército, cuyo máximo jefe era el rey, estaba bien entrenado y se componía de soldados asirios y mercenarios a sueldo. Se organizaban en una infantería formada por arqueros y guerreros con escudo y lanza, y una caballería compuesta por soldados con arco y escudo. Contaban con carros de guerra de dos ruedas tirados por caballos. Además de su habilidad y profesionalismo, el ejército asirio se caracterizó por su extrema crueldad. Eran sanguinarios y despiadados con sus enemigos, utilizando métodos brutales como mutilaciones, decapitaciones o cegueras sobre los capturados. Masacraban las poblaciones, arrasaban y saqueaban las ciudades y talaban todos los campos. Esta ferocidad hacía del ejército asirio un enemigo sumamente temible.
Al conquistar nuevos pueblos ejercían sobre ellos un vasallaje, exigiendo cuantiosos tributos y hombres para la guerra, a cambio de mantener sus fronteras e independencia. El Estado asirio era depredador con sus vasallos y despiadado en caso de revueltas.
Sociedad y Economía
La sociedad asiria estaba divida entre hombres libres (asiru) y esclavos (ardani). Dentro de los primeros existían subdivisiones, principalmente entre la nobleza, que ocupaba puestos administrativos y de poder, y el pueblo llano. A la cabeza de la pirámide social estaba el rey.
Era una sociedad estratificada y patriarcal, fraccionada en clanes familiares con el patriarca como figura principal. El patriarca disponía de todos los bienes de su esposa y podía vender a sus hijos (en especial a sus hijas) en caso de hambruna. Un hombre podía tomar una o más esposas, pero la poliginia solía estar limitada a las clases nobles adineradas. Asimismo, el rey poseía un harén, cuyo tamaño crecía en proporción al poder del monarca.
En cuanto a la economía, la actividad principal era la agricultura, con el cultivo de trigo y cebada a la cabeza. La conquista de territorios les permitía a los asirios disponer de madera y minerales, escasos en su región de origen, y por sobre todo suponía una gran fuente de ingresos a través de los tributos.
Religión
Los asirios eran politeístas, y al igual que la mayoría de los pueblos mesopotámicos, sus dioses eran representaciones humanizadas y poderosas de los elementos de la naturaleza: el sol, la luna, el viento, la cosecha. El dios principal era Assur, dios de todos los dioses. Los asirios no creían en una vida eterna y buena, por lo que temían mucho a la muerte. La guerra estaba muy ligada a la religión, y los soldados consideraban que luchaban en nombre de Assur, siendo el ejército asirio el brazo ejecutor del bien que debía terminar con el mal representado por los pueblos enemigos.
Arte
El pueblo asirio ha dejado grandes manifestaciones artísticas, prncipalmente en lo que refiere a la escultura. La mayoría de las obras se han encontrado entre los restos de las ciudades de Nimur, Dur-Sahrrukin y Nínive. Destacan los murales y relieves en piedra, mármol o alabastro, que representan comúnmente al rey en situaciones bélicas o de caza, con el objetivo propagandístico de enaltecer su figura.
También eran frecuentes las representaciones en piedra de toros alados androcéfalos (lamassu), figuras mitológicas que representaban a genios o espíritus protectores, que solían cologarse en las entradas de templos y palacios para protegerlos y purificar a los visitantes. A veces estas esculturas tenían cinco patas, por estar representados de frente y a la vez de perfil.
Arquitectura
La arquitectura asiria estuvo muy influenciada por los caldeos y sumerios, utilizando como materiales principales ladrillo cocido y adobe. Destacaron por la construcción de palacios y templos, estos últimos adoptando la forma de zigurat característica de los mesopotámicos. Ésta era una torre piramidal y escalonada de base cuadrada, que culminaba con un santuario en la cumbre al que se accedía a través de rampas. Los palacios eran amurallados, construídos sobre terrazas, con estancias internas distribuidas en torno a amplios patios. Quizás el rasgo más llamativo de las construcciones asirias, que las diferenciaba de las de otros pueblos de la región, era el uso de cerámica vidriada y ladrillos policromos en la edificación. La arquitectura asiria logró un perfeccionamiento y desarrollo mayor que el de sus contemporáneos.
Lengua y Escritura
Por lo que sabemos, la lengua asiria fue un dialecto del idioma acadio. Adoptaron el sistema de escritura cuneiforme sumerio. Hacia finales del II milenio a.c. los pueblos arameos conquistados comenzaron a integrarse gradualmente a los asirios. El imperio fue adoptando de a poco el arameo como lengua imperial así como su alfabeto, que convivió con la escritura cuneiforme original. El uso del arameo contribuyó a la homogeneización del Imperio asirio, pues era un idioma hablado en casi todos los territorios conquistados.
El mayor legado cultural en relación a la escritura asiria es sin dudas la Biblioteca de Asurbanipal en Nínive, ubicada dentro del palacio real, donde fueron hallados los restos de hasta 22.000 tablillas de arcilla, siendo ésta la colección más completa conocida de escritura cuneiforme. En ellas puede encontrarse escritos sobre temas muy diversos: gramática, matemática, astronomía, magia, religión, arte, listas de ciudades, literatura y hasta diccionarios. El texto más famoso de esta colección es probablemente el Poema de Gilgamesh, considerado hasta ahora la obra narrativa más antigua de la humanidad.