Guerra del Peloponeso
Guerra del Peloponeso
Guerra del Peloponeso
Antecedentes
El fin de las Guerras Médicas vino acompañado por un progresivo aumento del poder ateniense, que ganaba cada vez más influencia. Atenas no quería aceptar la hegemonía espartana en la Liga Panhelénica, que se había conformado con la unión de casi todas las polis griegas en la lucha contra los persas. Tras la victoria en Cabo Micale y el fin de la Segunda Guerra Médica, Atenas se escindió de la liga junto a otras polis griegas aliadas , y juntas conformaron la Liga de Delos, dirigida por Atenas. Para entonces Esparta se había desentendido de la lucha y la iniciativa contra los persas debió ser comandada por Atenas. La Liga de Delos fue la que consiguió poner fin a las hostilidades entre griegos y persas con la Paz de Calias en 449 a.c.
La competencia entre Atenas y Esparta por la hegemonía en Grecia fue escalando cada vez más, al punto que se hizo inminente un estallido de las hostilidades entre ambas. Para evitar la guerra ambas potencias resolvieron firmar en el 445 a.c. la llamada Paz de los Treina Años, un tratado por el cual se reconocía la hegemonía espartana por tierra sobre el Peloponeso, y la hegemonía marítima de Atenas. A partir de entonces Atenas, gobernada por Pericles, fue intensificando su presencia en el Mar Mediterráneo y su comercio floreció mucho. Mantuvo estrechas relaciones políticas y económicas con las polis miembros de la Liga de Delos, que continuaba existiendo a pesar de haber concluido el conflicto con los persas para, supuestamente, disuadir a sus enemigos de iniciar un nuevo ataque.
El conflicto entre polis al interior de la Hélade permaneció latente durante un tiempo, probablemente porque el poder de Atenas aún no perjudicaba a Esparta de manera directa. Al concluir las Guerras Médicas, Esparta y sus aliadas formaron nuevamente la Liga del Peloponeso, que se había fundido en la Liga Panhelénica para luchar junto al resto de las ciudades griegas contra los persas. Esparta no tenía intención de iniciar una guerra contra Atenas. Temía que el conflicto pudiese desencadenar rebeliones internas en la ciudad, pues al darle armamento para la lucha a periceos e ilotas (las clases sociales más bajas) éstos podrían levantarse en armas y hacer estallar una revuelta. Sin embargo, algunas polis de la Liga del Peloponeso sí estaban siendo fuertemente perjudicadas por el poderío ateniense. La excesiva oferta comercial de Atenas y las polis de la Liga de Delos dañaban la producción y el comercio de ciudades como Corinto y Megara. Con el propósito de favorecer sus propios productos en los mercados, Atenas había puesto trabas y bloqueos comerciales, directos e indirectos, a estas ciudades competidoras. Corinto era la ciudad más dañada por la hegemonía comercial de Atenas en el Mediterráneo, y estaba por tanto ansioso por iniciar un ataque.
Causas coyunturales
La causa coyuntural que rompió la Paz de los Treinta Años y desencadenó la Guerra del Peloponeso fue la guerra que se desató entre Corinto y Córcira. Todo inició cuando, en la colonia corintia de Epidamo en el Mar Adriático, estalló una guerra civil entre los oligarcas de la ciudad y el pueblo llano. Los oligarcas pidieron ayuda a Córcira, una antigua colonia de Corinto, mientras que el pueblo y los demócratas pidieron apoyo a Corinto. Corinto y Córcira se enfrentaron y en la primera batalla Córira venció. En el segundo ataque los corintios, mejor preparados, se sorprendieron al ver llegar una gran flota ateniense de respaldo para las fuerzas de Córcira. Incapaces de hacer frente a las flotas de Atenas y Córcira aliadas, los corintios se retiraron. Se dice que los marineros atenienses tenían instrucciones de no intervenir en la batalla y los barcos enviados no iban a luchar, solo a disuadir. Sea como fuere, la participación de Atenas en favor de Córcira iba en contra de la neutralidad estipulada en el Tratado de Paz de los Treinta Años.
Los corintios habían estado largo tiempo preparando su flota y aramamento para el contraataque a Córcira, y se sintieron ultrajados al no poder pelear debido a la intervención de Atenas. Corinto comenzó a presionar a Esparta para que tomara alguna medida o sanción contra los atenienses. Como si no hubiese sido suficiente, los atenienses lanzaron una nueva provocación: le hicieron un bloqueo comercial a Megara, prohibiendo a esta ciudad comerciar con Atenas y sus colonias (se trataba en teoría de una sanción porque los megarenses habían ocupado supuestamente la tierra sagrada de Deméter, pero este motivo era dudoso). El golpe económico arruinó a Megara.
En vista de los acontecimientos, los espartanos convocaron una reunión de la Liga del Peloponeso en 432 a.c., donde fueron también invitados representantes de Atenas. La reunión devino en un escenario de debate entre Atenas y Corinto. Tal discusión ha quedado documentada gracias a los escritos del historiador griego Tucídides, que hizo una crónica de la Guerra del Peloponeso. Los representantes de Corinto condenaron nuevamente la inacción espartana ante los daños a sus aliadas, advirtiéndoles que, si continuaban en pasividad, pronto se hallarían rodeados de enemigos y sin ningún aliado. Ante esto, Atenas recordó a Esparta las grandes victorias de las fuerzas atenienses en las Guerras Médicas, previéndoles los peligros que correrían al luchar contra una polis tan poderosa. Tras escuchar los argumentos de ambos bandos la Asamblea esparta concluyó por votación de la mayoría que Atenas había roto con sus acciones la Paz de los Treina Años. Tan decreto era, básicamente, una declaración de guerra.
La guerra
La guerra duró varios años, con victorias y derrotas en ambos bandos, e interrumpida por un breve período de paz que se dio con la firma de la Paz de Nicias en el 421 a.c. Las escaramuzas y disputas entre ambos bandos continuaron, sin embargo, durante este corto lapso, y las hostilidades se reanudaron oficialmente en el 415 a.c., porque Atenas consideró que Esparta había roto lo acordado en el tratado de paz. Con la reanudación de la guerra, las victorias de Esparta fueron progresivamente en aumento. La liga del Peloponeso logró destruir buena parte de la flota ateniense y bloqueó la zona de Helesponto, punto clave para Atenas y las polis de la Liga de Delos, ya que era el canal de comunicación entre éstas y el Mar Negro, desde donde recibían provisiones. Los espartanos y sus aliados sitiaron las ciudades de la Liga de Delos, y la falta de aprovisionamiento en las polis hizo del asedio una situación sumamente crítica. En las ciudades jonias de Asia Menor, aliadas de Atenas, se desataron revueltas y levantamientos. El hambre y hacinamiento, sumada a la inestabilidad interna, fue un duro golpe para las polis de la Liga de Delos. Sitiada por mar y tierra, a comienzos del año 404 a.c. Atenas capituló, poniendo fin a la Guerra del Peloponeso y consagrando la hegemonía definitiva de Esparta.
Consecuencias
- Atenas fue obligada a unirse a la Liga del Peloponeso, reconociendo la hegemonía espartana. Esparta, sin embargo, no destruyó a su rival, pues Atenas servía como disuasorio para que Corinto no aumentara su poder e influencia. Atenas debió abandonar su gobierno de democracia directa y adoptar un sistema basado en el absolutismo militar y político. Le guerra del Peloponeso puso fin a una etapa dorada de dominio y cultura ateniense.
- Económicamente, muchas ciudades contrajeron deudas durante la guerra, principalmente con Persia. Asimismo, la producción y el comercio de las principales potencias comerciales resultaron muy golpeados, conllevando una fuerte recesión económica.
- El Mar Egeo dejó de estar dominado y controlado por la flota ateniense, lo que permitió la aparición de la piratería.
- El largo período de guerras produjo una crisis moral, religiosa e ideologica que derivó en la aparición de corrientes como el estoicismo.
- Aunque Esparta salió victoriosa, la opinión generalizada es que esta guerra no tuvo un ganador real, pues acabó con el poderío y prosperidad de la Grecia clásica.