Epicureísmo

Epicureísmo

Epicureísmo

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El fundador de esta corriente filosófica fue Epicuro de Samos. Éste creó su propia escuela, llamada El Jardín. En contraste con otras escuelas, los seguidores de Epicuro eran personas de toda condición: hombres, mujeres, ricos, pobres, esclavos, etc.

El epicureísmo considera que lo escencial en la vida es alcanzar la felicidad, y existen dos factores principales que intervienen e influyen en nuestros niveles de felicidad: el placer y el dolor. El placer nos acerca a la felicidad, mientras que el dolor nos aleja de ella. Siguiendo esta línea de pensamiento, la clave fundamental para alcanzar la felicidad es elevar al máximo el placer  e intentar disminuir todo lo que se pueda el dolor. La erradicación de todo tipo de dolor es indispensable para llevar una vida feliz.

Epicuro - Filosofía: Epicureísmo
Epicuro
Epicuro representado en “La escuela de Atenas” de Rafael de Sanzio - Filosofía: Epicureísmo
Epicuro representado en “La escuela de Atenas”.

Algunos califican a Epicuro de hedonista. Sin embargo, este filósofo no actuaba o pensaba como Aristipo de Cirene, un verdadero hedonista amante de los placeres corporales. En su lugar, Epicuro defendía el placer desde un punto de partida totalmente racional. Los placeres corporales son intensos pero efímeros, desaparecen en segundos. Por tanto hemos de buscar placeres espirituales. Hemos de entrenar la virtud para no caer en la tentación de los placeres puramente terrenales. La virtud nos permite cultivar la prudencia, y ésta nos ayuda a rechazar aquellos placeres que más tarde podrían causarnos dolor, como los excesos y las adicciones. En la búsqueda de placer no debemos olvidar el esfuerzo por evitar el dolor. 

Así, para el epicureísmo una vida feliz es sencilla, con buenas y sólidas amistades, sin tensiones o preocupaciones innecesarias y llena de pequeños e inofensivos placeres. Una vida tranquila y sin excesos, autártica, independiente, con la ataraxia (tranquilidad de ánimo) como valor fundamental. Esta visión es compartida por los estoicos. Epicuro consideraba que el conocimiento es inútil si éste no ayuda al hombre a ser feliz. 

En cuanto a la existencia, los epicureístas sostienen que el universo es un mecanismo sin una finalidad concreta. No creen que nada intervenga en él. Los dioses pueden existir, pero no interfieren en los acontecimientos del mundo, que se desarrollan espontáneamente. De existir, los dioses no están interesados en la vida de los hombres, y por tanto es mejor que los hombres no se preocupen ni presten demasiada atención a los dioses. Esta creencia ha pasado a la historia como “La paradoja de Epicuro”

Paradoja de Epicuro - Filosofía: Epicureísmo
La paradoja de Epicuro

- Frases célebres -

  • “La muerte es una quimera, pues cuando estoy yo, no está ella; y cuando está ella, no estoy yo”.
  • “¿Quieres ser rico? No te afanes en aumentar tus bienes, sino en disminuir tu codicia”.
  • “No tenemos tanta necesidad de ayuda de los amigos, cuanto de la certeza de la ayuda”.
  • “Así como el sabio no escoge los alimentos más abundantes sino los más sabrosos, tampoco ambiciona la vida más prolongada sino la más intensa”.
  • “Es absurdo pedirle a los dioses lo que cada uno es capaz de procurarse por sí mismo”.
  • “El que no considera lo que tiene como la riqueza más grande es desdichado, así sea el dueño del mundo”.
  • “Retírate dentro de tí mismo, sobre todo cuando necesites compañía”.
  • “El más grande fruto de la justicia es la serenidad del alma”.
  • “El que menos necesita del mañana es el que avanza con más gusto hacia él”.
  • “Que nadie mientras sea joven se muestre remiso en filosofar, ni al llegar a viejo de filosofar se canse. Porque, para alcanzar la salud del alma, nunca se es demasiado viejo ni demasiado joven”.