China Antigua

China Antigua

China Antigua

La civilización china es una de las más antiguas del mundo. Tiene su origen en la cuenca del Río Amarillo (Huáng Hé) y el Río Yangtsé (Yangzi), donde se construyeron los primeros asentamientos agrícolas, hacia el 7.000 o 6.000 a.c. Gracias a la existencia de extensa documentación desde el año 3.500 a.c. aproximadamente se ha podido reconstruir de forma bastante detallada la historia de esta civilización.

La gran extensión del actual territorio de China hace que la historia de este país abarque un enorme número de pueblos y culturas. Sin embargo, la narración tradicional de la historia china se centra específicamente en el grupo étnico chino, lo que permite tener un hilo conductor claro. La existencia de una continuidad cultural y lingüística hace posible mantener una linealidad en la historia de esta civilización.

La narración tradicional de la historia china tiene como eje el llamado ciclo dinástico. Esta versión puede resultar un poco simplista, pues repite patrones en los que los primeros reyes de cada dinastía se muestran justos y victoriosos, mientras que los últimos son descritos como inútiles y mediocres, probablemente para legitimar el ascenso al poder de la dinastía siguiente. A pesar de esto, el ciclo dinástico resulta muy útil para organizar linealmente los hechos históricos que marcaron y dieron forma a la cultura china. Además, el dominio de la cronología dinástica es fundamental para el estudio de la historia china, pues en el sistema tradicional de datación de fechas chino el marco de referencia para contabilizar los años era el período de reinado de cada dinastía. Así, por ejemplo, el año 1.700 d.c. corresponde, según el sistema tradicional chino, con el año 38 de la era Kangxi (pues reinaba la dinastía Kangxi), mientras que el año 1750 es el año 15 de la era Qianlong. En la actualidad, en ciertas regiones de China se continúa utilizando el sistema tradicional de datación en algunos contextos formales, siendo el año 2020 el año 109 de la República.

Siguendo la narración tradicional, la cronología dinástica china de la Edad Antigua se organiza de la siguiente forma:

Períodos de la Era Antigua:

  1. Período de los Tres Augustos y Cinco Emperadores
  2. Dinastía Xia
  3. Dinastía Shang
  4. Dinastía Zhou Occidental
  5. Dinastía Zhou Oriental
    5.1. Período de las Primaveras y los Otoños
    5.2. Período de los Reinos Combatientes

Períodos de la Era Imperial:

6. Dinastía Qin
7. Dinastía Han
8. Período de los Tres Reinos
9. Dinastía Jin Occidental
10. Dinastía Jin Oriental y Período de los Dieciséis Reinos
11. Dinastías Meridionales y Septentrionales

Era Antigua

1. Período de los Tres Augustos y Cinco Emperadores

Según la historiografía china, aproximadamente en el III milenio a.c. existieron tres Augustos y cinco Emperadores, que gobernaron sobre los primeros pueblos chinos durante el período anterior al surgimiento de la primera dinastía. Estos personajes habrían sido los fundadores de la civilización china, creando las primeras instituciones organizativas de esta cultura, como la familia, la agricultura o la escritura. La naturaleza legendaria de estos primeros gobernantes hace que sean descritos como seres con características sobrenaturales, como la capacidad de vivir cientos de años. Es probable, sin embargo, que estos personajes mitológicos hayan sido basados en personas reales, muy probablemente jefes tribales victoriosos, cuyas hazañas militares pueden haber permitido la unificación del territorio que posteriormente estaría bajo el control de la dinastía Xia.

2. Dinastía Xia (Xià)

Según las crónicas chinas, la primera dinastía habría gobernado sobre el territorio de la antigua China entre los siglos XXI y XVI a.c. Su rey más importante habría sido Yu el Grande. El famoso historiador chino Sima Qian, que vivió entre el 145 y el 90 a.c., logró recopilar los nombres de diecisiete reyes Xia que plasmó en su obra maestra, Memorias Históricas. En ella Sima Qian relata historias legendarias, llenas de acontecimientos mágicos o milagrosos, sobre los reyes de la dinastía Xia. Si bien estas narraciones forman parte de la mitología china, los arqueólogos han encontrado en la zona del Río Amarillo restos de lo que sería una cultura de bronce, que según los historiadores coincidiría con el período de gobierno de la dinastía Xia. Así, hoy en día muchos consideran a la cultura Xia como un período de transición entre las civilizaciones neolíticas y la sociedad urbana organizada de la dinastía Shang.

3. Dinastía Shang (Shāng, conocida también como Yin)

Los Shang fueron la primera dinastía en dejar pruebas históricas de su existencia. Gobernaron un vasto territorio alrededor del Río Amarillo, entre 1766 y 1046 a.c. 

La civilización Shang basó su economía en la actividad agrícola, complementándola con la ganadería y la caza. Los pobladores aprendieron también a manejar el bronce, fabricando herramientas, armas, adornos, utensillos, vasijas, etc. La región de su asentamiento estaba rodeada por estepas y desiertos, lo que los protegía de invasiones pero también impedía la entrada de influencias culturales externas, por lo que la cultura china se desarrolló de manera muy aislada.

Políticamente, el estado Shang era gobernado por un rey, llamado también “Hijo del Cielo”, que era tanto monarca como sumo sacerdote. Las capitales del reino eran importantes centros de vida cortesana. Según Sima Qian, durante su reinado los monarcas Shang trasladaron la capital seis veces. La última mudanza fue la más importante, estableciendo la capital del reino finalmente en Yin, actual Anyang, hacia el 1350 a.c. Eltraslado coincidió con el período de auge de esta dinastía, época de oro que se conoce muchas veces como época Yin. Yin creció mucho y se edificaron allí templos y enormes palacios donde vivían los reyes y la nobleza. Las casas de los pobladores más pobres eran fabricadas con adobe y caña y tenían techos de paja.

En materia religiosa, estos antiguos pobladores adoraban a los espíritus de sus antepasados, a quienes pedían consejo y consultaban las decisiones importantes. También reconocían muchos dioses, vinculados con elementos de la naturaleza, como el sol (asociado con una figura paterna) y la tierra (asociada con una figura materna). La religión y el arte estuvieron muy relacionados. Se han hallado en Anyang vasijas rituales, parte de un complejo método de veneración a los antepasados, a quienes daban ofrendas de bebida y comida. Estas vasijas de bronce estaban normalmente adornadas con pájaros, monstruos y en ocasiones imagenes humanas.

La dinastía Shang es la más antigua dinastía china con registros escritos. La escritura de los Shang tenía más de 3.000 signos y era una forma antigua de la escritura pictográfica china. La mayoría de los testimonios escritos de esta época han sido hallados en objetos de bronce y huesos de tortuga y otros animales, llamados huesos de oráculo, pues eran usados como medio de comunicación con los dioses.

Los territorios hacia el oeste del reino Shang eran gobernados por otra dinastía, los Zhou, a quienes los Shang consideraban pueblos bárbaros. A pesar de ello, ambos grupos poblacionales convivieron pacíficamente durante un largo período. En algún punto, empero, los guerreros Zhou comenzaron a atacar a los Shang, empujando sobre sus territorios. Estalló la guerra entre ambos grupos que culminaría con la victoria de los Zhou. Según cuenta la tradición china, el último rey Shang se suicidó tras ser derrotado por los Zhou. Su ejército lo habría traicionado en la batalla decisiva, uniéndose al pueblo Zhou enemigo. Yin fue invadida y tomada por los Zhou, pero los miembros sobrevivientes de la familia Shang no fueron desplazados; continuaron formando parte de la aristocracia y desempeñando funciones administrativas. El rey Zhou entregó al hermano y sucesor del difunto rey Shang un feudo, que se convirtió en el estado de Zhulou, vasallo de los Zhou.

4. Dinastía Zhou (Zhōu) - Occidentales

Los Zhou gobernaron entre el año 1050 y el 256 a.c. Esta fue la última dinastía de reyes, anterior a las dinestías imperiales. El reinado de los Zhou puede dividirse, a su vez, en dos períodos: a. el de los Zhou occidentales, que gobernaron hasta el 771 a.c. sobre un estado fuerte y centralizado desde las capitales Hao (Hào) y Feng (Fēng); y b. el de los Zhou orientales, cuyo poder fue más bien simbólico o nominal, y que reinaron desde el 771 hasta el 256 a.c. desde la capital oriental Chengzhou (Chéngzhōu, cerca del actual Luòyáng). A pesar de la unidad simbólica, en la práctica el territorio de los Zhou orientales se encontraba dividido en múltiples estados independientes. El período de reinado de los Zhou orientales se subdivide normalmente en dos períodos: el de las Primaveras y los Otoños, y el de los Reinos Combatientes. 

Para poder controlar el extenso territorio, la dinastía Zhou lo dividió en más de cien estados, cada uno de los cuales era gobernado por un jefe local que respondía a la autoridad Zhou. Los Zhou establecieron una especie de sistema feudal, similar al que se crearía en Europa unos dos mil años después. El rey Zhou era la cabeza del reino, cuyo título era hereditario y se pasaba a su hijo mayor. Por debajo del rey estaba la clase dirigente, compuesta por cinco categorías de noble; cada noble arrendaba tierras a un noble de categoría inmediatamente superior. Por debajo de la clase noble se encontraban los plebeyos, quienes trabajaban las tierras (las propias y las de los nobles). En la base de la pirámide social se hallaban los esclavos. La capital del enorme reino era Hao, cercana a la actual Chi’an y del Río Amarillo. Allí se encontraba el palacio en el que residía el rey Zhou y la corte.

En el siglo VIII a.c. asumió el trono Zhou un débil rey llamado You, quien estaba casado con la hija del marques de Shen (uno de los tantos estados en los que se dividía el territorio). A pesar de su unión matrimonial, el rey pasaba sus días con su amante, a quien volvió su concubina, repudiando a su legítima esposa. Tal agravio ofendió mucho al marqués de Shen, quien se alió con el pueblo nómada Quanrong y atacó la capital del reino, matando al monarca You, último rey de la dinastía Zhou occidental.

5. Dinastía Zhou (Zhōu) - Orientales

El rey Ping, hijo y sucesor de You, asumió el poder y en el 771 a.c. trasladó la capital del reino hacia una zona más segura en el este, a la ciudad de Chengzhou (actual Luoyang). Por entonces, sin embargo, el poder de los Zhou se había debilitado mucho y su control sobre el territorio era efímero. En la práctica los estados en los que se encontraba dividido el reino se gobernaban y manejaban de manera independiente, gobernados por nobles soberanos que guerreaban constantemente entre ellos para conseguir el poder hegemónico.

5.1. Período de las Primaveras y los Otoños

Este período toma su nombre de los Anales de Primavera y Otoño, crónica que relata los hechos acaecidos durante esta época y cuya autoría se atribuye a Confucio. El poder fue descentralizándose progresivamente durante esta etapa, y fueron frecuentes las batallas entre estados y las conquistas. A pesar de la inestabilidad política y la guerra constante aumentó la alfabetización, lo que posibilitó un florecimiento de la ciencia, la tecnología y la libertad de pensamiento.

Estas inestables condiciones propiciaron que muchos pensadores buscaran la forma de que la gente lograse vivir en armonía. Dos intelectuales se destacaron y sus ideas tuvieron un impacto profundo en el desarrollo del pensamiento chino, perdurando su influencia incluso al día de hoy. Estos son Lao-Tse (Laozi) y Confucio.

5.2. Período de los Reinos Combatientes

Hacia el siglo V a.c. unos pocos estados habían consolidado su prominencia y hegemonía sobre los demás. Éstos eran: Qi, Chu, Yan, Han, Zhao, Wei y Qin. El aumento del poder de estos estados fue paralelo y retroalimentó un menosprecio por la ya debil autoridad de los reyes Zhou. Tanto es así que, aunque aún se consideraban a sí mismos vasallos del roy Zhou, los gobernantes de estos estados empezaron a autodenominarse reyes.

Las invasiones de tribus nómadas y los ataques de estados enemigos fueron frecuentes durante este período. Esto motivó la construcción de murallas para defender los territorios, las cuales serían precursoras de la Gran Muralla China.  El armamento de guerra chino dejó de fabricarse con bronce, reemplazándolo definitivamente por el hierro. La práctica de guerra hizo que se mejoraran las tácticas militares, aumentando el uso de la infantería y caballería en detrimento de los carros de guerra, cada vez menos útiles. El desarrolló intelectual continuó y el comercio fue adquiriendo cada vez más peso. Muchos mercaderes se enriquecieron e hicieron muy poderosos, llegando incluso a influir en las políticas de gobierno.

Se denomina a esta época “período de los Reinos Combatientes” porque durante ella los siete estados más poderosos mantuvieron guerras constantes entre ellos, reuniendo ejércitos y formando alianzas. En la práctica el territorio ya no era controlado por los Zhou, cuyo poder era cada vez más efímero.

Hacia el final del período el estado Qin fue adquiriendo cada vez más poder, superando por mucho al de sus enemigos y ganando la hegemonía en la región. El equilibrio de poder se había roto. El ejército de Qin, disciplinado y feroz, fue venciendo y conquistando a los demás estados. El último en caer fue Qi, en el año 221 a.c., logrando la unificación de China bajo el mando de la dinastía Qin.

Era Imperial

6. Dinastía Qin (Qín) - 221 - 206 a.c.

Tras la conquista de los estados enemigos y la unificación del territorio chino, el gobernante de Qin cambió su nombre a Qin Shi Huang, cuya traducción es “emperador de Qin”, y fundó la primera dinastía imperial. Se cree que la palabra China proviene de Qin, pues la transcripción de esta última al alfabeto latino según el método Wade-Giles es Ch’in.

Qin Shi Huang despojó de su poder a los gobernantes locales y centralizó el control del Imperio bajo su mando, trasladando la capital a Xianyang. El territorio imperial fue dividido en nueve distritos, cada uno de ellos gobernado y administrado por hombres fieles designados por el emperador, que respondían directamente a él. Para facilitar el control y la homogeneización del Imperio se unificó el sistema de pesos y medidas, así como el modelo de escritura. También se construyeron numerosas carreteras, puentes y canales por todo el territorio.

Qin Shi Huang ordenó construir fastuosos palacios en la capital, con el propósito de convertir a las antiguas familias reales en miembros de la corte y evitar posibles rebeliones. También dispuso que se unificaran las diferentes murallas construídas por los reinos en los siglos anteriores, formando una única muralla que hoy conocemos como la Gran Muralla China.

Qinshihuang - China Antigua
Qin Shi Huang

Paradójicamente, este fuerte y poderoso emperador tenía, según los relatos que han llegado a nuestra era, un enorme miedo a la muerte. Se dice que en su palacio había más de mil dormitorios, y Qin Shi Huang dormía en uno distinto cada noche para que no lo encontraran en caso de que alguien quisiera matarlo. Muestra de este temor es el enorme mausoleo que ordenó construir. Junto con él hizo enterrar a los famosos Guerreros de Terracota, 8.000 figuras de soldados y caballos de tamaño real hechos de terracota, con armas de bronce y carros. Se suponía que este ejército habría de protegerlo en la otra vida. 

Qin Shi Huang es el responsable de haber creado el primer estado chino verdaderamente fuerte y unificado. Sin embargo, la historia recuerda muchas veces a este emperador como un gobernante despiadado y extremista. Su dureza le otorgó el apodo de “Tigre de Qin”. Además de extenuantes trabajos de construcción y servidumbre impuestos a sus súbditos, Qin Shi Huang dispuso la tristemente célebre “Quema de Libros”, en la que se ordenó destruir todos los textos conocidos arrojándolos a enormes hogueras, excepto aquellos de naturaleza utilitaria sobre medicina, farmacia o adivinación. Pretendía destruir todos los escritos críticos a su gobierno o que no se ajustasen al modelo religioso y social del nuevo Imperio. Aquellos intelectuales que objetaron contra esta medida fueron arrojados a un pozo.

A pesar de la exitosa unificación y administración imperial, la crueldad de Qin Shi Huang generó mucho descontento entre sus súbditos. Tras su muerte en el 209 a.c. asumió el poder su hijo, un gobernante débil que no logró controlar el estado creado por su padre. Hubo muchos levantamientos a lo largo del territorio, hasta que finalmente los rebeldes loraron arrasar con la capital y acabar con la dinastía Qin. La rebelión fue dirigina por un campesino llamado Liu Bang, quien tras derrocar a los Qin se proclamó emperador en el 206 a.c., formando una nueva dinastía: los Han. 

7. Dinastía Han (Hàn) - 206 - 220 d.c.

Los emperadores de la dinastía Han pusieron fin a las duras leyes y disposiciones de Qin Shi Huang, pero conservaron su aparato de gobierno centralizado. Emprendieron varias campañas de conquista, extendiendo el Imperio sobre nuevas tierras. 

Aumentó el comercio con otros pueblos y se creó la llamada Ruta de la Seda, una red de rutas comerciales organizadas sobre todo a partir del negocio de la seda china adesde el siglo I d.c. Se extendió por todo el continente asiático, conectando gran cantidad de regiones y llegando incluso hasta Europa. Aunque se comerciaban también otros bienes, como piedras, metales preciosos o porcelana, la seda era la mercancía más valiosa y exclusiva. Solo los chinos conocían el secreto para la fabricación de la seda, lo que la convirtió en un producto de lujo, demandado por la aristocracia de muchos estados, en particular las mujeres nobles romanas. La seda era fabricada por los chinos al menos desde la época de los Shang, pero su comercialización y exportación se difundió durante el gobierno de los Han.

A nivel interno, prosperó mucho la agricultura, la artesanía y el comercio, lo que creó un clima de bonanza que permitió un enorme crecimiento demográfico. Se estima que por entonces la población china llegó a alcanzar los 50 millones de personas.  Hubo un florecimiento de la ciencia, la literatura y el arte, y fue durante la era de los Han que vivió el historiador más famoso de China, Sima Qian (145-87 a.c.). Durante esta época los chinos inventaron el papel, que ayudó a promover la educación y la escritura. Esto ocurrió en el año 105 a.c., cuando un funcionario de la corte imperial llamado Cai Lun lo inventó utilizando trapos de seda. Hasta ese momento los chinos escribían sobre tiras de bambú, y la invención del papel supuso toda una revolución. Posteriormente la técnica de fabricación se perfeccionaría adoptando materiales más fibrosos como el bambú o la corteza de cáñamo.

Los emperadores Han fueron ávidos promotores de las enseñanzas de Lao-Tse y Confucio, extendiendo su influencia política y cultural sobre las regiones del actual Vietnam, Mongolia, Corea y Asia Central. Esta dinastía convirtió el confucianismo en la religión oficial del Imperio.

Durante esta época el Imperio Han y el Imperio Romano eran los más grandes y poderosos del mundo conocido. Su contacto no era demasiado estrecho, pero ambos sabían de la existencia y poderío del otro e intercambiaban mercancías. China vendía especias y seda a los romanos, que pagaban con oro y plata pues no tenían más productos de interés para los chinos.

El gobierno de los Han puede dividirse en dos períodos: los Han Occidentales (o anteriores), que gobernaron desde el 206 a.c. hasta el año 9 d.c. y tuvieron su capital en Chang’an (actual Xi’an, y área que coincidía con las antiguas ciudades de Feng y Hao); y los Han Orientales (o posteriores), que gobernaron desde el año 23 hasta el 220 y trasladaron la capital a Luoyang, desde donde ejercieron un control menos efectivo sobre el Imperio. Entre ambos períodos la dinastía Han vio su gobierno interrumpido por Wang Mang, un funcionario aristocrático que usurpó el trono y fundó su propia dinastía, llamada Xin (cuya traducción es “nueva”). Intentó establecer un estado basado en los ideales confucianos, para lo que implementó una serie de reformas económicas y sociales que culminaron en un total fracaso. A esto se sumaron varias catástrofes naturales que dañaron las cosechas. El descontento social hacia el emperador derivó en rebeliones armadas. En el año 22 los rebeldes lograron vencer a Wang Mang, que resultó muerto en combate, y el poder fue devuelto a los Han. Wang Mang es considerado el usurpador por excelencia en la tradición histórica china.

El período de los Han occidentales fue una época de prosperidad económica y desarrollo cultural, especialmente durante el gobierno del emperador Wudi, entre el año 140 y 87 a.c. Wudi realizó una gran expansión territorial, incorporando amplios territorios al Imperio Han. Durante su reinado se abrió la Ruta de la Seda, y otras rutas comerciales más pequeñas entre China, Asia Central e India. El mayor contacto con otras culturas posibilitó el ingreso del budismo en China. Este emperador dio también un gran impulso a la educación fundando una universidad imperial donde los alumnos aprendían los clásicos del confucianismo.

Durante la era Han se dieron muchos avances también en el área de la medicina. La antigua medician china se fundamentaba en la creencia de que en cada persona existía una armonía entre fuerzas opuestas. Esta idea sería la base de la acupuntura, que surge y toma fuerza por esta época. Los acupuntores insertan agujas en puntos exactos del cuerpo para poner en equilibrio las fuerzas corporales del yin (parte femenina, tierra, oscuridad) y el yang (parte masculina, cielo, luz), y de esta manera aliviar el dolor.

wudi - China Antigua
Emperador Wudi de la dinastía Han

- Decadencia de los Han -

Los terratenientes fueron acumulando cada vez más poder. Esta situación se sumaba a una gran presión por parte de los campesinos, severamente afectados por una crisis agraria que provocó grandes hambrunas. La alarmante situación provocó muchas rebeliones. La más importante fue la llamada Rebelión de los Turbantes Amarillos, que se desencadenó en el norte de China, principal zona agraria, en el año 184 d.c. El levantamiento fue liderado por tres hermanos defensores de las doctrinas taoístas de igualdad de derechos y distribución de tierras. 

En medio de las rebeliones y las conspiraciones de las familias poderosas, el poder de los Han fue decreciendo al punto que hacia el final del período eran los estamentos militares los que en la práctica dominaban y controlaban el Imperio. El último emperador Han, Xian Di, fue de hecho un títere que respondía a la autoridad del jefe del ejército. Gobernó sin ejercer ningún poder real hasta el año 220, cuando abdicó en favor de Cao Pi, miembro de una importante familia terrateniente. La usurpación del tronó dio paso a un período de fragmentación política y guerras conocido como Período de los Tres Reinos.

8. Período de los Tres Reinos

Con la caída de los Han el poder se descentralizó y se desencadenaron luchas entre los señores más poderosos por todo el territorio. La dinámica de los conflictos hizo que el Imperio Chino terminase dividido en tres reinos: Wei, Shu-Han y Wu. Los tres se disputaban la legitimidad del gobierno, clamando ser los verdaderos sucesores de los Han.

Hacia el año 263 el ejército de Wu conquistó el territorio de Shu-Han, convirtiendo los tres reinos en solo dos.  En el 265 la prestigiosa familia Sima, descendiente del historiador Sima Qian, derrocó al emperador Wei, terminando con el poder de la familia Cao que había dominado Wei hasta entonces. Los Sima se hicieron con el trono y fundaron la dinastía Jin. En el año 280 los Jin derrotaron a las tropas de Wu, conquistando su territorio y reunificando el antiguo Imperio bajo su control.

9. Dinastía Jin (Jìn) Occidental - 268-316

La era Jin suele dividirse en dos períodos: el de los Jin Occidentales, desde el 266 hasta el 316; y el de los Jin Orientales, desde el 316 hasta la caída de la dinastía en el año 420.

El reinado de los Jin estuvo caracterizado por un contexto de constantes levantamientos internos e invasiones de los pueblos nómadas provenientes del norte. La capital del Imperio Jin fue Luoyang hasta el 311, año en el que las fuerzas del pueblo yutzu invadieron la capital y capturaron al emperador. Su sucesor gobernó desde Chang’an hasta el 316, cuando los yutzu tomaron la ciudad. 

Los sobrevivientes de la corte Jin huyeron hacia el sureste y reestablecieron su gobierno desde Jiankang, cerca de la actual Nakín. Así se inaugura el período de los Jin Orientales.

10. Dinastía Jin Oriental y Período de los Dieciséis Reinos - 316 - 420

Esta etapa estuvo plagada de crisis, rebeliones y levantamientos militares.  Tras la retirada de los Jin a Jiankang, la dinastía perdió el control de los territorios del norte del Imperio. Se desencadenó allí un gran caos y se dio un proceso de fragmentación política que culminó en la formación de dieciséis estados principales, y algunos pequeños estados satélite. Prácticamente todas las familiar gobernantes de estos nuevos reinos formaban parte de alguna etnia nómada distinta de la china.

Mientras tanto los Jin hacían esfuerzos inútiles por conservar el poder en el resto del Imperio. Debilitado, el último emperador Jin se vio obligado a abdicar tras un solo año de reinado, en el 420, forzado por las presiones externas y las conspiraciones y enfrentamientos internos.

11. Período de las Dinastías Meridionales y Septentrionales - 420 - 589

Con la caída de los Jin, se inaugura un nuevo período en el que el sur y norte de China estuvieron gobernados por dinastias distintas. En el sur, los Jin fueron reemplazados por la dinastía de los Liu-Song, la primera dinastía meridional; mientras tanto, para entonces el norte de China era ya gobernado por la dinastia Wei, primera dinasita septentrional.

A pesar de la fragmentación política y los constantes conflictos bélicos, esta época estuvo marcada por un gran florecimiento de la actividad artística gracias sobre todo a la difusión del budismo.

Se sucedieron varias dinastías, tanto en el norte como en el sur, hasta que el año 581 la dinastía Sui del norte, última dinastía septentrional, logra vencer a los Chen del sur, la última dinasíta meridional. Así concluye el período, con la reunificación del territorio chino bajo el dominio de los Sui.

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Buda Maitraya de la dinastía Wei del Norte