Lao-Tse

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Lao-Tse, también conocido como Laozi, fue, según la tradición china, un filósofo y pensador de la Antigüedad, cuyas ideas tuvieron un enorme impacto en la historia del pensamiento chino. Su nombre significa “anciano filósofo”. No existe convención sobre la época en que vivió y algunos historiadores ponen en duda incluso su existencia. Quienes lo consideran un personaje real calculan que pudo haber vivido en el siglo VI a.c. o en el siglo IV a.c., durante el período de los Reinos Combatientes. Poco se sabe sobre él, y gran parte de lo que se conoce ha llegado a nuestros tiempos a través de leyendas. La primera fuente verdaderamente histórica que lo menciona son las Memorias Históricas de Sima Qian, escritas en el siglo I a.c., e incluso aquí el autor aclara la dudosa procedencia de las fuentes que cita cuando escribe sobre Lao-Tse.

Se atribuye a Lao-Tse el haber escrito el Dào Dé Jīng, también llamado en occidente Tao Te Ching, obra fundamental del taoísmo. Sin embargo, investigaciones recientes sugieren que este texto es en realidad una recopilación de información, ideas y refranes sobre el Tao escrita por muchas personas distintas.

Enseñanzas

La base del pensamiento y filosofía de Lao-Tse es el Tao, traducido como “el camino”. El Tao es el orden inmanente del universo, la ley eterna que une todo lo existente. Según este orden, el universo está sometido a un cambio continuo que debemos aceptar. Dicho cambio responde a las leyes de causa y efecto, y la vida plena y feliz se consigue únicamente viviendo conforme a estas reglas de constante mutación.

Lao-Tse destaca el concepto de wei wu wei, es decir, la acción a través de la inacción. Esto no implica permanecer inmóvil o no hacer nada, sino evitar las intenciones o voluntad que obstaculizan la fluidez armónica de la naturaleza (Crítica del Espíritu Humano, A.Z, 2016). De esta manera, las acciones realizadas conforme al Tao son siempre más fáciles, secillas y provechosas que aquellas que intentan contrariarlo. Este principio de aceptación de lo que sucede en nuestro entorno y nuestra vida recuerda al estoicismo de los griegos.

El Tao está sometido al cambio continuo y la dualidad, realidad representada en las ideas de yin y yang. Según esta filosofía, todo objeto, pensamiento o concepto posee un complemento opuesto a él, que es real en sí mismo y cuya existencia es necesaria para la existencia del otro y para definirlos a ambos: bien y mal, luz y oscuridad, frío y calor, femenino y masculino, acción e inacción. La forma más conocida de representar el yin y el yang es la figura del Taijitu.

taijitu - Lao-Tse
Taijitu

Lao-Tse da especial relevancia a la idea de libertad. Para alcanzar la plenitud y estar en armonía con el Tao, el ser humano ha de vivir sin ataduras. Por tanto, aquello que nos resulta difícil o penoso y que no nace de la pasión interior es erróneo. El camino del Tao fluye, es sencillo, llevadero y simple, pues está en consonancia con nuestra naturaleza. Debemos confiar en el Tao y permitir que siga su curso libremente. 

Para vivir conforme al Tao, Lao-Tse determinó una serie de virtudes que debemos desarrollar y vicios que debemos evitar. Entre las virtudes destacan la honestidad, la piedad, la abnegación, la enseñanza y la introspección. Mientras que algunos de los vicios son la violencia, los prejuicios, la codicia y la aceptación de las normas o convenciones sociales por sí mismas, sin reflexionar si están en consonancia con el Tao.

A pesar de nacer como una filosofía, el taoísmo evolucionó hasta convertirse en una religión bastante difundida en China. El taoísmo como religión no rinde cuentas a nadie excepto al Tao. Se basa en una práctica espiritual individual muy asociada a la naturaleza.

Frases y reflexiones

  “Ama tu vida. Confía en el Tao. Haz el amor con el invisible origen sutil del universo y te darás a ti mismo lo que necesitas. No tendrás que acudir a esconderte en retiros espirituales”.

“Aquel que obtiene una victoria sobre otro hombre es fuerte, pero quien obtiene una victoria sobre sí mismo es poderoso”.

“Cuando sobre la tierra todos reconocen la belleza como belleza, así queda constituida la fealdad”.

“Quien no desea no se frustra. Y quien no se frustra no se envilece. Así, el verdadero sabio espera en la quietud, mientras todo ocurre y no mandan los deseos. Así la paz y la armonía tienen lugar y el mundo sigue su curso natural”.

“Quien no es feliz con poco no lo será con mucho”.

“El sabio no enseña con palabras, sino con actos”.