Tercer Período Intermedio

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Este período se inaugura con la fragmentación política de Egipto en dos unidades distintas, una en el Bajo Egipto gobernada desde Tanis y cuyo faraón era el libio Esmendes; y otra en el Alto Egipto, dirigida desde Tebas bajo el mando de Herihor, también libio, que sin embargo no ostentaba el cargo de faraón sino de Sumo Sacerdote de Amón. Esta etapa de inestabilidad, fragmentación y debilidad política abarca la dinastía XXI hasta la XXV. A nivel internacional coincide con la formación del Imperio Medio Asirio, los comienzos de la colonización griega en Asia Menor, la fragmentación del Imperio hitita y la expansión fenicia por el Mediterráneo.

Dinastía XXI

El estado formado en el Alto Egipto se denominó Estado Divino de Amón. Como primer gobernante, Herihor se autoproclamó Rey Pontífice (Sumo Sacerdote de Amón), aunque en lo nominal se consideraba a sí mismo vasallo del faraón en el Bajo Egipto, Esmendes I, fundador de la dinastía XXI. Tanto en Tebas como en Tanis se sucedieron soberanos. Los Sumos Sacerdotes de Amón tebanos continuaron siendo vasallos del rey de Tanis, pero fueron adquiriendo progresivamente más poder e influencia, y un mayor derecho a reclamar el trono. El último rey en Tanis fue Pseusenes II (959-945 a.c.), mientras que el último Sumo Sacerdote de Tebas fue Pseusenes III (969-945 a.c.). Muy probablemente ambos fueron la misma persona, bajo cuyo mando se reunificó Egipto como una sola entidad política. La dinastía XXI está compuesta por los Sumos Sacerdotes de Amón de Tebas y los faraones de Tanis.

Dinastía XXII

Hacia 980 a.c. comenzó a ganar influencia política una familia libia de Heracleópolis, posiblemente de origen bereber. Los bereberes eran guerreros, contratados como mercenarios por los faraones durante siglos anteriores, a quienes se les había otorgado tierras como pago a sus servicios, formando colonias bereberes en Egipto, comandadas por un jefe. En el caso de esta familia, su jefe era Sheshonq. Gracias a su creciente poder, este jefe bereber logró contraer matrimonio con la hija del entonces rey de Tanis, Pinedjem II. A morir éste, fue su yerno Sheshonq quien ascendió al trono bajo el nombre de Sheshonq I. Esto generó malestar y recelo por parte del clero tebano, y muchos miembros del mismo decidieron emigrar a Napata en la Alta Nubia. Es probable que este haya sido el origen de la posterior dinastía XXV, formada por reyes etíopes Sacerdotes de Amón.

Bajo el mando de Sheshonq, Egipto mantuvo estrechas relaciones comerciales y diplomáticas con las potencias de la época. Se estableció un próspero vínculo comercial con Fenicia, que se mantuvo durante todo el período. Bajo el gobierno del rey David, Palestina se había vuelto muy poderosa. Con el objetivo de establecer buenas relaciones con tal potencia, se organizó la unión en matrimonio de una princesa egipcia con Salomón, hijo de David. Al morir Salomón, sin embargo, la grandeza del reino judío mermó, pues se desató un desacuerdo entre las tribus de Israel respecto de quién era el legítimo sucesor al trono. Este conflicto derivó en la división del territorio en dos unidades política independientes: el Reino de Israel y el Reino de Judá. Sheshonq decidió aprovechar este momento de debilidad y organizó una campaña contra Jerusalén, en Judá. La ciudad fue saqueada por los egipcios, que durante dos siglos vivieron del botín conseguido en la expedición. También invadió otras ciudades en Israel y en Judá, y consiguió que Jerusalén le rindiera tributo.

Las campañas de Sheshonq aumentaron las arcas del tesoro real y permitieron la construcción de importantes obras arquitectónicas y la ampliación de templos.

esfinge de sheshonq  - Tercer Período Intermedio - Egipto
La Esfinge de Tanis fue creada en el Imperio Medio. Un milenio después, Sheshonq I ordenó inscribir su nombre en ella.

Sheshonq rompió el equilibrio de poder establecido entre Tebas y Tanis, al designar a su hijo en el cargo de Sumo Sacerdote de Amón en Tebas. Tal imposición fue imitada por los reyes sucesores, lo que unificó al menos momentáneamete el poder en Egipto. Hacia el siglo IX a.c., empero, las figuras más influyentes en el Alto Egipto empezaron a sublevarse contra la imposición del Sumo Sacerdote tebano por el soberano de Tanis. Por entonces, la estabilidad conseguida por Sheshonq se había roto y se habían desatado conflictos y disputas al interior de Tanis, en especial la competencia por el poder entre esta ciudad y la ciudad rival de Leontópolis. Allí se había formado la dinastía XXIII, también de origen libio, que disputaba con la dinastía XXII la soberanía sobre importantes zonas como Menfis. 

Esta competencia entre dinastías paralelas dio pie a la formación de otros centros de poder. La dinastía XXII en Tanís logró imponerse sobre la XXIII, pero la centralización del poder no duró mucho, pues hacia el 725 a.c. se formó en Sais, una isla occidental en el delta, la dinastía XXIV. Se conocen pocos documentos y registros sobre esta época de conflictos internos, por lo que algunos se refieren a ella como “Edad Oscura”.

Hacia el año 780 a.c., empezaron a destacarse varias figuras en Napata (Región de Nubia/Kush). La región se independizó, formando el reino independiente de Kush, con marcada influencia cultural egipcia gracias a los siglos de dominación de Egipto sobre la zona. Se formó así la dinastía XXV o kushita. Con el ascenso al trono de Kush del rey Piye la política de la región se tornó cada vez más imperialista. Este monarca y hábil político consiguió instalar en Tebas a una princesa kushita como Divina Adoratriz de Amón, un cargo tradicionalmente hereditario que quedó de esta forma bajo dominio kushita. Habiendo consolidado su influencia en Tebas continuó extendiendo su poder, organizando campañas y sometiendo uno a uno a los distintos reyes que habían surgido en Egipto con la descentralización de poder. Llegó finalmente a Menfis, logrando someter la ciudad a su mando. Piye fue sucedido por su hermano Shabako, quien terminó de conquistar el Bajo Egipto e instaló la capital del reino en Menfis. Los reyes kushitas no se consideraban extranjeros en Egipto, sino enviados del dios Amón para reestablecer el orden en el territorio. Su decisión de establecer la sede de gobierno en Menfis pretendía demostrar su aceptación y acercamiento a las costumbres tradicionales egipcias. La reunificación de Egipto bajo la dinastía kushita marca el inicio del llamado Período Tardío o Baja Época.