Período Tardío o Baja Época

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Esta etapa inicia con la fundación de la dinastía XXVI por Psamético I y concluye con la conquista de Alejandro Magno sobre Egipto. Comprende la dinastía XXVI hasta la dinastía XXX. Hacia el 660 a.c.aproximadamente el asirio Asarhaddón concentró sus esfuerzos en la guerra contra Egipto y logró invadir Menfis, haciéndose con el control del Bajo Egipto. Posteriormente su sucesor, el rey Asubarnipal, continuó la campaña de conquista y llegó a someter casi todo Egipto. Un príncipe de Sais llamado Nekao se rebeló contra el dominio asirio pero su levantamiento fue aplastado. Por órdenes del rey, Nekao fue enviado como rehén a Nínive, capital del Imperio Asirio, pero allí fue tratado de manera honrada por su sangre real. Tal es así que su hijo Psamético terminó por ser nombrado príncipe de Athribis, capital de un antiguo nomo egipcio. Años más tarde, viéndose lo suficientemente fuerte, Psamético siguió los pasos de su padre y se rebeló contra los asirios, consiguiendo la liberación de Egipto y fundando la dinastía XXVI. Por ser Sais la región de origen de Psamético I esta dinastía se conoce comúnmente como dinastía Saíta

Dinastía XXVI

Durante el período de la dinastía Saíta  se dio un gran impulso a la economía, revitalizando al comercio al tiempo que se intentaba consolidar un estado centralizado que garantizase la paz en el territorio. Se mantuvieron relaciones comerciales con Tiro, en Fenicia, y adquirió una renovada importancia la ruta comercial del Mar Rojo, que unía Egipto, Asia e India. Floreció el arte, que intentaría imitar el arte clásico de Egipto, por lo que las piezas creadas durante este período suelen agruparse bajo la categoría de arte neoclásico egipcio. La arquitectura también tuvo gran impulso, y entre las obras principales destacan un colosal templo en Mendes, que asombró sobremanera a Heródoto según refleja en sus escritos. En cuanto a la escultura, las obras comenzaron a ser de un tamaño más reducido, dando fin a la tradición de arte monumental. En materia religiosa, el culto a Osiris fue ganando cada vez más peso.

Situación Internacional: Comercio griego en Egipto y colonización griega

La prosperidad de las ciudades del delta en el Bajo Egipto llamó la atención de los comerciantes griegos jónicos, que vieron allí un mercado floreciente. Con su llegada, impulsaron el Egipto el uso de la moneda. Hasta entonces, los egipcios usaban como valor de cambio pesos estipulados en metal, y en casos particulares como los soldados del ejército se les entregaban tierras o una excepción de impuestos como pago por sus servicios. Paralelamente a su llegada a Egipto, ya desde el año 630 a.c. griegos dóricos comenzaron a asentarse en la franja costera de Libia, estableciendo colonias y fundando ciudades desde las que comerciaban. Una de estas ciudades fue Cirene, que se erigió como capital de la confederación de colonias griegas en la región. Los griegos extendieron su dominio por el Mediterráneo fundando colonias, con el propósito de calmar conflictos sociales al interior de las metrópolis griegas, creando cargos de poder en las nuevas ciudades para satisfacer los reclamos de ascenso político de ciertas personalidades importantes. Además, las colonias permitían abastecer de comida a las ciudades de origen y proveían una posición estratégica para el comercio con pueblos lejanos.

Conquista Persa (Dinastía XXVII)

Mientras tanto, hacia el 550 a.c. el Imperio Persa, dirigido por Ciro II el Grande, había acumulado gran poder y extendido su dominio sobre antiguas potencias como Babilonia o Libia. El hijo y sucesor de Ciro, Cambiases, focalizó su política externa en Egipto, logrando derrotar a las fuerzas del entonces faraón Psamético III, tomando Menfis y sometiendo Egipto al dominio persa. La conquista persa duró hasta el año 404 a.c. Durante este período se dieron muchos levantamientos, que fueron aplacados por el Sátrapa persa establecido en Egipto, a cargo del gobierno. En términos generales, y como era costumbre de los persas, los conquistadores acapararon el control político pero respetaron las tradiciones, cultura y religión egipcias.

Hubo dos levantamientos en Egipto contra los persas que destacaron sobre el resto. Uno entre 469 y 461 a.c., con los egipcios aliados con Atenas, que para entonces era una potencia naval y el Imperio Persa su principal enemigo. Los persas lograron, sin embargo, aplacar a los subversivos. La siguiente rebelión se dio estratégicamente en medio de una crisis dinástica persa, durante los primeros años de reinado del persa Antajerjes II. Esta vez el levantamiento sí tuvo éxito y Egipto logró la independencia bajo el mando de Neferites I, un egipcio originario de Mendes fundador de la dinastía XXVIII (La dinastía XXVII estaría conformada por los dominadores persas). 

Período de Independencia (404 - 343 a.c.)

Durante el breve período de independencia egipcia tras la dominación persa se sucedieron tres dinastías: la XXVIII, con capital en Sais; la XXIX, con capital en Mendes; y la XXX, con capital en Sebennitos. Este período estuvo plagado de conflictos tanto internos como externos, manteniendo enfrenamientos contra los persas  y afrontanto rebeliones y crisis dinásticas. Los reyes egipcios de esta época se aliaron frecuentemente con ciudades- estado griegas para consolidar su poder; muchos griegos actuaban como mercenarios en el ejército egipcio (aunque vale aclarar también había mercenarios griegos en las filas militares persas), y a su vez los egipcios abastecían de trigo a los ejércitos griegos aliados. A pesar de las victorias egipcias en el campo de batalla, la inestabilidad interna crecía cada vez más. El clero y la monarquía mantenían fuertes conflictos que minaban la unidad del estado. 

Conquista Macedónica

A pesar de los esfuerzos egipcios por impedir el avance persa, Antajerjes III logró reconquistar Egipto hacia el 343 a.c. La reconquista, sin embargo, duró poco, pues en el 332 a.c. Alejandro Magno, rey de Macedonia, invadió Egipto y se hizo con el poder, echando a los dominadores persas. Alejandro fue recibido por los egipcios como un verdadero libertador y fue nombrado faraón.

Alejandro Magno Rey de Macedonia - Período Tardío o Baja Época - Egipto
Alejandro Magno

Alejandro ordenó construir la ciudad de Alejandría al oeste del Nilo, trazada siguiendo el modelo clásico de las ciudades griegas. Esta ciudad fue adquiriendo cada vez más relevancia política y económica, gracias a su posición estratégica como punto escencial en las rutas comerciales marítimas del Mediterráneo.

A pesar de haber ostentado el título de faraón, fue poco el tiempo que Alejandro pasó en Egipto. Solo permaneció en Menfis hasta el 331 a.c., organizando la administración del nuevo terriorio para partir luego en campaña hacia Asia. Alejandro designó a egipcios nativos en los cargos políticos, pero nombró al griego Cleómenes como encargado de administrar las finanzas. En la práctica fue Cleómenes quien gobernó realmente Egipto.

En el 323 a.c. Alejandro Magno murió sin dejar descendencia. A partir de entonces los territorios del Imperio Macedonio fueron gobernados por los generales más importantes de Alejandro de manera bastante independiente, aunque se conservó la unidad nominal del Imperio Macedonio bajo el mando primero de Filipo III Arrideo, hermanastro del fallecido emperador, y luego de Alejandro IV, hijo póstumo de Alejandro Magno.

El general que se hizo cargo del gobierno de Egipto al morir Alejandro fue Ptolomeo, quien fue luego cronado faraón y reinó allí hasta su muerte. Tras su defunción, sus sucesores heredaron la titulatura de faraón y gobernaron Egipto. Todos los varones fueron llamados Ptolomeo, por lo que esta dinastía se conoce normalmente como dinastía Ptolemaica. Esta sería la última dinastía independiente de Egipto y su fundación inaugura el Período Helenístico.