La historia de la Antigua Roma es una parte constitutiva fundamental de la historia de Occidente y del mundo. Surgió como una agrupación de pueblos a orillas del río Tíber y se desarrolló hasta conformar uno de los más grandes Imperios que la humanidad haya visto. Su influencia fue tal que incluso en la actualidad aún perduran muchos elementos de la cultura romana o latina. Conocer la historia de Roma es escencial para comprender importantes aspectos del devenir de Occidente y de nuestra propia identidad. A continuación realizaremos un repaso sobre los hechos y características principales de la Antigua Roma, desde su aparición como civilización hasta la caída del Imperio Romano de Occidente. Para facilitar su estudio, comúnmente se divide la historia romana en las siguientes etapas:
- Origen y mito fundacional
- Monarquía Romana
- República Romana
- Imperio Romano
1. Origen y Mito Fundacional
Mito Fundacional
Hacia el siglo II a.c. el actual territorio de Italia estaba ocupado al sur por griegos y cartagineses y al norte por etruscos. Según la leyenda romana, Roma fue fundada a orillas del río Tíber por Rómulo en el año 753 a.c.. Según el mito, Ascanio, hijo del héroe troyano Eneas y nieto de la diosa Venus, había fundado Alba Longa sobre la orilla derecha del Tíber y sus descendientes reinaron sobre esta ciudad. Esto fue así hasta el ascenso al trono de Numitor. Su hermano Amulio lo destronó y se autoproclamó rey. Para evitar que sus descendientes disputaran el trono, Amulio condenó a la única hija de Numitor, Rea Silva, a ser sacerdotisa de la diosa Vesta, para que así se mantuviese virgen y no engendrara descendientes.
Sin embargo Marte, dios de la guerra, no hizo caso a los imperativos de Amulio y engendró en rea Silva dos hijos mellizos, Rómulo y Remo. Si Amulio los veía los mataría, por lo que, para salvarlos, su madre arrojó a los recién nacidos al Tíber dentro de una canasta que terminó encallando en la zona de las siete colinas situada cerca de la desembocadura del Tíber. Una loba llamada Luperca se acercó a la orilla a beber y los vio. Entonces los recogió y amamantó hasta que finalmente un pastor los rescató y los crió como a sus hijos junto con su esposa. Ya adultos, los mellizos se encargaron de luchar y repusieron a Numitor en el trono de Alba Longa. Además decidieron fundar una ciudad donde ellos mismos serían sos reyes. Esta ciudad, colonia de Alba Longa, debía ubicarse en la ribera derecha del Tíber, en el lugar donde la loba había amamantado a los mellizos de pequeños.
Según la leyenda, Rómulo y Remo discutieron sobre el punto exacto donde habrían de fundar la ciudad. En la zona existían siete colinas: los montes Aventino, Celio, Capitolino, Esquilino, Palatino, Quirquinal y Viminal. Siguiendo una costumbre etrusca, decidieron consultar a las aves para que éstas revelaran el lugar conveniente para la fundación. Remo divisó seis aves volando sobre el Aventino, mientras que Rómulo vio doce buitres revoloteando sobre el Palatino. Así, sin ponerse de acuerdo, Rómulo se dispusó a fundar la ciudad en el Palatino, y para delimitarla trazó un recuadro y advirtió que mataría a quien osase cruzarlo. Remo desobedeció y Rómulo lo mató, quedando como el único y primer rey de Roma.
Verdadero origen
A pesar de lo pintoresco de este mito fundacional, se sabe que la región debió haber estado habitada al menos desde el 1200 a.c., época a la que pertenecen los fragmentos de cerámica más antiguos encontrados en el monte Capitolino. Hacia el siglo IX a.c. es muy probable que las colinas más bajas cercanas al Tíber hayan estado ocupadas por poblados diseminados. Así, según esta visión Roma habría sido fundada de manera progresiva, por la instalación de tribus latvias en el área de las siete colinas. Estas tribus terminaron fusionándose debido a su gran cercanía.
2. Monarquía Romana
Según la historiografía tradicional, el período de monarquía romana inicia en el 753 a.c., siguiendo el mito fundacional que tiene a Rómulo como primer rey de Roma. Las evidencias arqueológicas, sin embargo, sugieren que la etapa monárquica romana habría comenzado tiempo antes. Los registros parecen demostrar que la línea sucesoria de los monarcas no era hereditaria, y en su lugar los reyes romanos eran elegidos entre los miembros de las familias romanas, no por su ascendencia, sino por sus virtudes y cualidades para gobernar. No se sabe con seguridad cuál era el alcance del poder del monarca romano, aunque se cree que habría sido la cabeza de la religión, el ejército y la justicia. Las prerrogativas militares y judiciales en conjunto constituyen lo que a la postre se denominó potestad de Imperium, esto es el poder de mando y castigo conferido a la persona gobernante. El sistema monárquico poseía dos órganos institucionales con poco poder: La Asamblea de la Curia, con la capacidad de aprobar o rechazar leyes si el rey lo permitía; y el Senado, que básicamente aconsejaba al monarca en relación con sus actos y decisiones, aunque jamás podía imponerle resoluciones.
El último rey de Roma fue Tarquinio el Soberbio, monarca de origen etrusco, quien usó la violencia y el asesinato para mantener su control sobre Roma. Sus abusos generaron un gran descontento en el pueblo, pero lo que desencadenó el levantamiento que terminó por destituirlo fue un hecho protagonizado por su hijo, Sexto Tarquinio. Éste violó a Lucrecia, una joven miembro de una familia patricia romana. El bochornoso hecho afligió en demasía a la muchacha, que se suicidó clavándose un puñal en el corazón. Ante la trágica noticia, un pariente de Lucrecia y sobrino del rey llamado Lucio Junio Bruto encabezó una revuelta contra el monarca que terminó con la destitución y expulsión de Tarquinio el Soberbio y su familia. Este hecho pone fin al sistema monárquico e inaugura la etapa republicana de Roma.
Puedes encontrar información detallada sobre la historia y características de la monarquía romana aquí: Monarquía Romana.
3. República Romana
Tras la expulsión de Tarquinio el Soberbio, se estableció un Senado permanente para determinar cómo continuaría el gobierno de Roma. Éste resolvió abolir la monarquía y en el 509 a.c. instauró un nuevo sistema de gobierno: la República. La historia de la Antigua República Romana puede subdividirse a su vez en tres períodos: República Temprana; República Media; y República Tardía.
República Temprana
Para sustituir a los reyes como cabezas del gobierno, el nuevo sistema republicano creó el cargo de cónsul, que se asignaba a dos senadores. Con el paso del tiempo los poderes del cónsul fueron decreciendo y muchas de sus prerrogativas fueron asignadas a nuevas magistraturas.
La República Romana estaba constantemente en guerra. Durante los primeros siglos de vida de la República, los romanos se dedicaron a conquistar Italia peninsuar, haciéndose con el control de todo el territorio.
Se considera que esta etapa comienza a inicios del siglo III a.c. o mediados del siglo II a.c.. Tras hacerse con el control de prácticamente toda Italia peninsular, los romanos se dispusieron a dominar todo el Mediterráneo. Esta política expansiva terminó por llevarlos a un conflicto directo contra la poderosa Cártago, disputando la hegemonía, lo que desencadenó las Guerras Púnicas. Tras casi un siglo de guerras, los romanos lograron vencer a las fuerzas cartaginesas. La Segunda Guerra Púnica inauguró el período de expansión romana por el Mediterráneo. Para el 130 a.c. los romanos se habían hecho con el control de Macedonia, Grecia y Pérgamo, y su dominio de la cuenca occidental del Mediterráneo fue consolidado con la conquista definitiva de Hispania. Los botines, indemnizaciones y tributos obtenidos con las conquistas aumentaron sobremanera la riqueza de Roma. Las tierras y bienes fueron mayormente acaparados por los patricios más poderosos, por lo que se elevó la desigualdad en la distribución de la riqueza.
Hacia finales del siglo II a.c. , tras conquistar todo el Mediterráneo y posicionarse como hegemonía mundial, Roma entró en una nueva etapa conocida como República Tardía. Sin estados enemigos poderosos, el mayor peligro para la estabilidad romana eran los enemigos al interior de la propia República. En el espacio político, fue surgiendo en Roma una corriente ideológica convencida de que las instituciones republicanas eran insuficientes para controlar los vastos territorios romanos, que presionaba por cambiar el sistema de gobierno. En materia social, los pueblos italianos dominados por Roma exigían reivindicaciones y la obtención de la ciudadanía romana. En el 91 a.c. estalló la llamada Guerra Social o Guerra de los Aliados entre Roma y sus antiguos aliados en Italia. Las tropas republicanas lograron aplacar la rebelión, pero los insurgentes consiguieron su objetivo y obtuvieron la ciudadanía. Por otro lado, los esclavos, cada vez más numerosos, terminaron rebelándose dirigidos por Espartaco. Se desencadenó la llamada Guerra de los Gladiadores. Aunque el ejército romano logró aplacar la revuelta esclava en el 71 a.c., el conflicto conllevó un paulatino cambio en la forma de tratar a los esclavos. Éstos fueron adquiriendo derechos en la práctica que siglos después se codificarían legalmente.
La República Tardía fue un período de conflictos políticos. Hubo varias guerras civiles y las personalidades militares destacadas fueron adquiriendo cada vez más poder e influencia, peleando entre ellas por la hegemonía. Así, se dieron disputas famosas entre Cayo Mario y Lucio Cornelio Sila, y entre Pompeyo y Julio César, por nombrar algunas. Hacia el 45 a.c. Julio César logró derrotar a Pompeyo en la Segunda Guerra Civil de la República Romana y quedó al frente del gobierno. Sin embargo, Algunos senadores opositores planearon una conspiración y lo asesinaron en el 44 a.c. Esto desencadenó una nueva guerra civil entre los partidarios de César y los conspiradores. Finalmente los cesaristas lograron derrotar a sus enemigos y se hicieron con el poder. El gobierno quedó a cargo de un triunvirato formado por Marco Antonio, Octavio y Marco Antonio Lépido.
Poco a poco comenzó a forjarse una rivalidad entre Marco Antonio y Octavio. Paralelamente, Marco Antonio comenzó una relación con Cleopatra, reina de Egipto. La enemistad escaló hasta estallar una guerra entre Egipto, con Marco Antonio y Cleopatra unidos, y Roma, bajo el mando de Octavio. Finalmente la flota romana logró vencer a la egipcia en la decisiva batalla de Accio en el 31 a.c.
Puedes encontrar información detallada sobre la historia y características de la República Romana aquí: República – Antigua Roma.
4. Imperio Romano
Muerto Marco Antonio, Octavio era el único dueño del poder. La República como forma de gobierno mostraba ya sus limitaciones, sin lograr el control sobre el vasto territorio, y no gozaba de mucho prestigio, por lo que Octavio decidió cambiar la forma de gobierno instaurando un principado. Éste era una especie de monarquía republicana, que se conoció popularmente con el nombre de Imperio. Como emperador, Octavio adoptó el nombre de Augusto y gobernó hábilmente por 41 años.
Tras la muerte de Augusto se sucedieron en el poder varias dinastías. La dinastía Julio-Claudia se extendió desde el gobierno de Augusto hasta el suicidio de Nerón. Formaron parte de esta dinastía cinco emperadores que estaban unidos, ya sea por sangre, matrimonio o adopción, a las gens Julia y Claudia, es decir, a aquellas familias patricias que compartían los nombres de Julio y Claudio, emparentados en su mayoría con César y Marco Antonio. Posteriormente, asumió el poder la dinastía Flavia, compuesta por tres emperadores que gobernaron eficientemente. La siguió la dinastía Antonina, que representa el período de auge de la llamada Pax Romana. Los cinco primeros emperadores de esta dinastía son popularmente conocidos como «Los cinco emperadores buenos». Tras el reinado y asesinato de Cómodo, último emperador antonino, asumió el poder la dinastía Severa, que se extendió hasta el asesinato de Alejandro Severo en el 235.
Se dio entonces un momento de profunda inestabilidad política conocido como la Crisis del Siglo III, sumado al aumento de ataques externos por la pobre defensa de las fronteras. Este período de turbulencia encontró su fin con el asenso al poder de Diocleciano, quien instauró una nueva forma de gobierno denominada Tetrarquía. En este sistema se nombraban dos augustos y dos césares; cuando uno de los augustos dejaba el poder, uno de los césares ascendía a augusto y se elegía un nuevo césar. La Tetrarquía solo funcionó mientras Diocleciano estuvo en el trono. Tras su abdicación debido a la fuerte enfermedad se desataron luchas entre los sucesores y otros aspirantes al poder, que concluyeron con la victoria de Constantino y su aliado Licinio. Constantino fue declarado único emperador de occidente, y Licinio de oriente. Ambos emperadores proclamaron juntos el Edicto de Milán en el año 313, que permitía la libertad de culto y terminaba con las persecuciones al cristianismo.
Constantino y Licinio comenzaron a tener roces, y finalmente se desató una lucha armada entre ellos cuando Licinio ordenó una persecusión a los cristianos. Constantino salió victorioso y se declaró como único emperador del Imperio. A su muerte se sucedieron una serie de emperadores débiles, que fracasaron en reponer las arcas del Estado y proteger las fronteras imperiales. Teodosio I fue el último emperador capaz de mantener control sobre todo el Imperio Romano. A su muerte el poder pasó a manos de sus hijos y el Imperio Romano se dividió en dos partes: Occidente, con sede en Milán, y Oriente, con capital en Constantinopla.
Hacia el siglo IV el Imperio Romano afrontaba una fuerte crisis económica, derivada de la sucesión de guerras civiles, el progresivo fin del sistema esclavista, una mala administración, la disminución del comercio interno por la creciente inseguridad y la fuerte presión fiscal; y una crisis institucional, ya que no estaba clara la línea sucesoria, lo que desencadenaba conflictos constante entre diferentes aspirantes al trono. Finalmente, la causa coyuntural de la caída del Imperio Romano de Occidente fueron las invasiones de los pueblos germanos. Durante los siglos IV y V las tirbus germanas fueron empujadas cada vez más hacia el oeste debido a la expansión por sus territorios de los hunos. A principios del siglo V penetraron en el Imperio Romano, cuyas fronteras estaban poco protegidas. Roma fue saqueada por visigodos y vándalos. Los distintos pueblos germánicos fueron instalándose en diferentes regiones del Imperio Romano y fundando reinos independientes. En el año 476 Odoacro, rey de los hérulos, destituyó al emperador romano en occidente Rómulo Augústulo.
Puedes encontrar información detallada sobre la historia y características de la República Romana aquí: Imperio Romano – Antigua Roma.